Por Reyes Ramiro Gamez Barboza
Monterrey, México.- Amable lector si voltea a su alrededor verá que muchos de los hombres y muchas de las mujeres que actualmente se desempeñan como servidores públicos ya sea como Alcaldes, Regidores, Diputados, Senadores e incluso Gobernadores y hasta alguien que fue Presidente de la República, pero para llegar a una candidatura partidista o independiente, pues su pasaporte fue el activismo en diferentes temas sociales.
Claro que cuando eran activistas, a esas personas pues uno las escuchaba exigiendo que los del gobierno cumplieran la ley, que hicieran una rendición de cuentas, hasta algunos eran osados en lanzar feroces adjetivos contra los gobernantes en turno, eso les ganaba simpatía.
Entonces les entraba el gusanito de “si yo fuera Diputado, Regidor” y otros diversos puestos que se pueden lograr por el voto, anunciaban que unos iban de manera independiente, otros iban creando su propio movimiento político, mientras otros escuchaban a diferentes partidos políticos, pero aclaraban que si iban bajo una sigla partidista, pero que no se iban afiliar, era un buen chiste.
Ya que lo primero que hicieron muchos de esos activistas al ganar la elección o llegar por la vía plurinominal fue ser militante de un partido político, eso era dejar atrás los ideales de su activismo en diferentes temas sociales.
Porque en el activismo hay quienes no defienden solamente una causa, algunos son “multicausas”, pero cuando esas personas activistas llegan a ser servidores públicos, seamos honestos, pues no logran que ni un solo tema social pueda contar con políticas públicas transversales, porque al final apoyan políticas públicas que acaban en el asistencialismo.
Además esos activistas que ahora cobran en el erario público se vuelven de “piel muy sensible”, ya que no toleran que en las redes sociales los conciudadanos los anden criticando, dan “click” a la opción de eliminar la etiqueta en la publicación en las que son señalados por su casi nulo trabajo. Entonces se les ha olvidado lo que ellos hacían desde el activismo, que era etiquetar en sus publicaciones de redes sociales a los gobernantes y servidores públicos, incluso hasta decían que habría que hacerles juicio político a los gobernantes que criticaban, pero bueno ahora que trabajan en el aparato gubernamental pues dicen que el ciudadano debe “respetar” al servidor público y no decirle cosas feas, que porque hieren sus sentimientos, que igual no han cumplido muchas promesas de campaña, pero que no les digan tan feo.
En los 32 estados que conforman la República Mexicana tenemos este tipo de servidores públicos que se aprovecharon del aparador que fue el ser activistas y llegar al Poder Ejecutivo y Legislativo, Alcaldías o alguna dependencia pública para tener un buen salario mensual y prestaciones, pero se olvidaron de toda la lucha social, incluso ahora que son servidores públicos no tienen tiempo para atender a los ciudadanos que piden soluciones y así lograr ejercer plenamente sus derechos, tener una vida digna y una comunidad fortalecida.
Pero pues ya vimos que los activistas que llegan a la esfera gubernamental solamente buscan su beneficio pero no el de sus conciudadanos, algunos de esos servidores públicos ni siquiera han dado buenos resultados y ya los vemos futureando a que otro puesto van a dar el brinco en el año 2027.
